domingo, 22 de junio de 2014

Vivir o Sobrevivir


Vivir es levantarse cada mañana con la ilusión de enfrentar un nuevo día. Sobrevivir es no querer que llegue ese mañana.

Vivir es entender que todo en la vida tiene una razón de ser. Sobrevivir es enfrentar como se pueda el día a día con la incertidumbre de que pasará el día de mañana.

Vivir es disfrutar al máximo de aquellos pequeños detalles que te regala la vida. Sobrevivir es anhelar lo grande de la vida sin apreciar y valorar lo minúsculo de ella.


Vivir es contemplar con alegría un atardecer y pensar que se aproxima un nuevo día lleno de oportunidades. Sobrevivir es observar ese mismo atardecer como un simple fenomeno mas de la sábia naturaleza.


El que vive ama, proyecta, avanza, ambiciona, persevera y alcanza. El que sobrevive desprecia, retiene, retrocede, abandona, desiste y se estanca.


El que vive es agradecido. El que sobrevive es ingrato.


Quien vive duerme tranquilo con la satisfacción de haber hecho lo correcto durante el día. A quien sobrevive, la intranquilidad de no haber hecho lo debido no le dejara dormir.


Quien vive deja su impronta en otros. Quien sobrevive, es egoísta y no ve mas allá de su nariz.


Quien vive ama los cambios. Para quien sobrevive, lo lineal y cotidiano son su máxima.

¿Como estas? ¡¡¡ … aquí sobreviviendo...!!!, si ésta ha sido hasta ahora tu respuesta; te reto a que cambies el “chip”, y a partir de hoy déjes de sobrevivir y comiences la excitante, apasionante y arriesgada aventura de vivir. 

Tu eliges:  Vivir o Sobrevivir

Mauricio  Álvarez

martes, 17 de junio de 2014

DONDE YO ESTOY

Jesús antes de morir, entre muchas otras cosas; eleva una extraordinaria oración a su Padre clamando por sus discípulos. Tal experiencia la podemos leer en el capitulo 17 del evangelio de Juan.
En el versículo 24, el escritor puntualiza entre otros; un detalle en la oración de Jesús que me ha llamado poderosamente la atención:”Qiero que donde yo estoy, ellos también estén”


“DONDE YO ESTOY”
Note que no dice: “ donde yo voy a estar” no; dice “ donde YO ESTOY es decir; da la idea que Jesús esta hablando de un lugar determinado en un tiempo presente continuo.


Jesús “estaba” en el mundo; pero no pertenecía al mundo. Jesús vivió en un cuerpo mortal y temporal pero estaba en una continua y extraordinaria dimensión espiritual.


El deseo profundo de Jesús era que sus discípulos, igual que él; hicieran una vida absolutamente normal en este mundo temporal, pero realmente viviendo en una dimensión eterna, como lo hizo él.


Jesús habló de lo eterno; de la vida eterna, del Reino de Dios, de lo que trascendía, es decir; para Jesús lo eterno cobraba tal valor frente a lo temporal; que era indispensable recordarlo una y otra vez, inclusive en oración a su Padre.
Quienes hemos sido escogidos por el Dios eterno, estamos obligados a entender, asumir y vivir lo eterno; aunque vivamos en medio de lo temporal. Para esto nos eligió.


Cuando entiendes al eterno, te ocupas de lo eterno y  decides vivir en la dimensión eterna; asumes los problemas, necesidades, aflicciones, tristezas y demás situaciones que se presentan en tu vida como algo temporal, pasará. Lo temporal de este mundo jamas podrá manejar lo eterno, mientras que lo eterno si puede controlar lo temporal.


Invierte tus recursos, tiempo, fuerza, dinero, y tu vida en general; en lo eterno. Quien siembra en lo eterno, recoge del eterno y de lo eterno. Quien se ocupa de sembrar en lo temporal, recogerá de lo temporal, por tanto sera una cosecha efímera, pasajera, momentánea y estacional.


Jesús oró diciendo: “DONDE YO ESTOY” es decir, en la dimensión eterna. Es ahí donde Jesús nos quiere ver mover a quienes hemos sido llamados por él.


Es en la dimensión eterna donde ocurren los milagros. Es en la dimensión eterna donde se deja de ser una persona ordinaria para convertirse en un hombre y una mujer extraordinarios. Es en la dimensión eterna donde Jesús muestra su proyecto de vida para ti. Es viviendo de acuerdo a los códigos eternos como se alcanzan metas y propósitos en la vida.

Lo temporal se esfuma, se acaba, envejece, se estropea, se oxida, se hurta, se daña, se termina, se aleja y se muere; pero lo eterno camina hacia adelante, avanza, logra, fructifica, alcanza, permanece y trasciende para vivir por siempre jamás en un presente continuo como lo hizo Jesús.


Recuerda lo que Jesús pidió para sus discípulos y para quienes por ellos en un futuro ibamos a creer:  “Donde yo estoy, quiero que ellos también estén”

Y tu... ¿donde estas?

Mauricio Álvarez

martes, 3 de junio de 2014

¡¡¡ QUE TAL AMIGO ¡¡¡


Quienes hemos conocido de Jesús, normalmente le llamamos Padre o Señor, y en otros casos le anteponemos la palabra ”Bendito” a las dos anteriores, sin embargo pocas veces le llamamos AMIGO.
Sea por formalismos o tradición evangélica, nunca o casi nunca llamamos a Jesús AMIGO.

Jesús dijo a sus discípulos en una oportunidad: "Ya no les llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero les he llamado AMIGOS, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a conocer."  (Juan 15:15)

Abraham fue “amigo de Dios” (Santiago 2:23) así de simple.


Cuando le crees a Jesús, cuando abres honesta y sinceramente tu corazón a él, cuando comienzas a tener intimidad con él, cuando le hablas en tu propio lenguaje; con tus propias palabras, formas y maneras de siempre, cuando le cuentas tus fracasos, temores y miedos; pero también cuando le haces partícipe de tus triunfos, risas y alegrías; entonces entras a formar parte de su circulo íntimo de amigos; teniendo derecho así a conocer lo que él como PERFECTO AMIGO QUE ES  tiene para ofrecerte, darte, revelarte y compartir contigo.

Jesús es tu Padre, tu Salvador, tu Señor... pero también quiere convertirse EN TU MEJOR AMIGO.

¿Quieres que Jesús te diga lo que él tiene y quiere para ti? Conviértete en su mejor amigo.

Recuerda: “Al siervo no se le cuenta nada, al AMIGO se le confía todo”

Mauricio Álvarez.