viernes, 11 de julio de 2014

No tengo oro ni plata, pero...


La biblia, concretamente el libro de los Hechos de los apóstoles capitulo tres, versículo seis; narra la historia de un mendigo, discapacitado físicamente de una pierna; que ejercía la mendicidad en la puerta del templo justo cuando se aglutinaba mas gente: en la hora de la oración.


Cierto día, Pedro y Juan entrando como de costumbre al templo; se encontraron con la cotidiana, pero triste y desoladora escena. El hombre tendido en el suelo alza su mirada y extiende su mano rogando a Pedro y a Juan algún céntimo con el cual pudiese llevar algo de comer ese día a casa, ignorando por completo la contestación que iba a recibir de aquellos hombres, concretamente de Pedro: “no tengo oro ni plata pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo levántate y camina”.

Aquel discípulo de Jesús, aparentemente ordinario; pronunció las palabras quizá mas extraordinarias que jamás hubiese escuchado ese limitado hombre.



No tengo oro ni plata...” Pedro reconoce la falta de recursos, es decir, parte de su realidad misma en el momento. Y
es que reconocer nuestra realidad inmediata en un gesto de honestidad con nosotros mismos, nos abre camino a las mas grandes y extraordinarias posibilidades.


... Pero lo que tengo te doy...” Pedro aun reconociendo sus carencias y falta de recursos, no se centra en ello, no se queda lamentándose por ello; no busca excusas a ello, no intenta buscar culpables para ello, no se conforma con ello, no se encuentra limitado por ello, no; lo que hace Pedro es aprovechar esa oportunidad para hacer efectivo AQUELLO QUE SI TENÍA, en este caso el poder de Jesús dentro de él.


Quejarte y lamentarte por aquello que no tienes, te impide ver, ejercitar y aprovechar lo que si tienes. Centrarte en tus carencias mas que en tus posibilidades, te limita y te convierte en una persona absolutamente improductiva.


Da un vistazo a tu alrededor, gira tu cabeza hacia tu entorno, haz una mirada introspectiva y te aseguro que encontraras recursos para crear oportunidades que te ayuden a lograr tus metas, cumplir tus objetivos y avanzar en la vida.
La vida no se trata de lamentarte todo el tiempo por aquello que no tienes o no has podido conseguir. La vida verdaderamente consiste en hacer buen uso de lo que si tienes, aunque sea poco o mínimo; úsalo en favor tuyo y de otros. Se productivo, recursivo, arriesgado y valiente con lo que tienes, y si lo que tienes es unicamente a Jesús dentro de ti, con él es mas que suficiente para hacer de lo poco y ordinario; algo grande y extraordinario que marque la diferencia en ti y en los demás.



Mauricio Álvarez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario