sábado, 29 de octubre de 2016

¿Halloween? Ni me ocupa, ni me preocupa.



Por estos días estaremos escuchando en los entornos cristiano-evangélicos, el eterno y “cansino” debate entre Halloween sí o Halloween no. Que si es una fiesta pagana, que si es diabólico, que si hay que hacer vigilia esa noche en la iglesia, que si el diablo va a por los niños esa noche etc, etc, etc...

En nuestro calendario Juliano (el que nos rige actualmente a la mayoría de países de occidente) muchos de los trescientos sesenta y cinco días del año, están dedicados y ofrecidos a figuras, personas y fiestas católico-romanas y paganas, con lo cual entonces yo como cristiano; tendría que levantarme cada mañana y vivir en un constante temor y en una perpetua paranoia pensando en los ídolos, el diablo y sus potestades; ¡seria mi vida una absoluta locura!

Observo todo esto y la verdad me quedo estupefacto al ver como algunos cristianos le dan mas importancia y relevancia al diablo que a Dios, saben mas demonología que Cristología. Creo, en mi opinión (un concepto muy personal y discutible) que nos han educado evangélicamente para “gritar y reprender demonios” mas no para desarrollar una vida productiva en Cristo. Algunos cristianos están mas preocupados en luchar contra “las huestes de maldad” que en realizar una vida con proyecto, con ilusión, con propósitos y con fuerza.

En algunos países y ciudades, tenemos iglesias con miles y miles de personas en sus congregaciones, donde según ellos “el avivamiento de Dios les ha llegado”, no obstante paradójicamente; esos mismos países y ciudades poseen un alto índice de criminalidad, violencia, pobreza y corrupción. Me pregunto: “¿ de que vale entonces reprender demonios, darle siete vueltas al barrio, tener avivamiento, rasgarse las vestiduras y hacer vigilias en noches como las de Halloween?”.

Creo (en mi opinión) que es tiempo ya de quitar la vista de los demonios y enfocarnos en desarrollar una vida productiva en Cristo, para que podamos verdaderamente impactar con el evangelio del Reino en las personas que están a nuestro alrededor. Mientras los cristianos estamos pendientes del Halloween reprendiendo al diablo; nuestros vecinos, compañeros de trabajo y universidad se pelean, se divorcian de sus parejas, se entregan a las drogas o se suicidan.

Quienes hemos sido engendrados en y por Cristo, el maligno no nos toca. Por tal razón; personalmente no me asusta lo que el diablo haga, porque estoy absolutamente seguro de lo que en Cristo tengo y de lo que en Cristo soy.

Mauricio Álvarez.

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