domingo, 30 de noviembre de 2014

"...Mi paz os dejo, mi paz os doy..."

“Mi paz os dejo, mi paz os doy. Yo no la doy como el mundo la da...”

Fueron palabras de Jesús que dejan ver que en su persona se puede hallar y encontrar una paz diferente. Pero; ¿como puedes obtener verdadera y autentica paz en medio del caos que posiblemente estés viviendo hoy?

El apóstol Pablo habla de este tema a la iglesia que estaba establecida en Filipos, orientándoles sobre como y de que manera podían conseguirlo, 
cosa que hoy sigue vigente para cada persona que tenga a Jesús en su vida y corazón.


Pablo dice que debemos poner en conocimiento de Dios nuestra situación.

Dios en su bendita omnisciencia, conoce de antemano todo aquello que nos aflige, preocupa y entristece, no obstante; quiere que nos acerquemos a él en una actitud de rendición absoluta, reconociendo que solo y únicamente él puede hacer un milagro.

Cuando las cosas se salen de nuestro control, cuando ya no podemos mas, cuando lo único que tenemos en frente es el mar; entonces es ahí precisamente cuando Dios mas quiere y desea obrar a nuestro favor, demandando de nuestra parte una actitud de gratitud y fe.

La sociedad actual nos ha enseñado que tenemos que “ver para creer”, sin embargo en Cristo es todo lo contrario: “creer para ver”. No tienes que ver con tus ojos físicos lo que le has pedido a Dios, basta con creerlo en tu mente y espíritu.


Cuando lo crees sin ver, tu mente se inunda de una inmensa paz que ni tu, ni nadie entiende; es lo que Pablo define como:”la paz que sobrepasa todo entendimiento”.

Es una paz superior, indescriptible, algo que solo puede venir directamente del Espíritu de Dios a tu espíritu; de la mente de Dios, a la tuya; guardándola y llevándola solo a pensar en lo verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro y lo amable; esa es la paz de Dios.
 ¿la quieres? ¿la necesitas?

Referencia bíblica: Filipenses 4:6-9

Mauricio Álvarez






domingo, 23 de noviembre de 2014

Cuatro inseparables maneras de amar a Dios.



Pasaje de la biblia: Marcos 12:28-34

Introducción: Hemos oído siempre que debemos amar a Dios con el corazón, alma, mente y fuerzas. El objetivo de esta charla es desmenuzar ese amor escenificado en cada una de estas áreas que menciona la biblia.


El mandamiento con mas peso en el reino de Dios: Amarás al Señor tu Dios con:

1. Todo tu corazón. El corazón: (en hebreo: leváv), (en griego: kardía). Es el centro de un todo, lo profundo, la esencia. Es en el corazón donde anidan y desde donde salen las decisiones de las personas. Jesús dijo: “de lo que tienes en tu corazón, habla tu boca”, “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida."

Tu corazón, es decir; el centro motor de tu ser, deber estar ocupado principalmente por el amor a Dios, si esto ocurre; todas tus decisiones estarán siempre  bien encaminadas.


2. Toda tu alma. El alma: (en hebreo: néfesch), (en griego: pneuma). En el mundo griego, como en muchas culturas primitivas; se entendía el alma fundamentalmente como el principio de vida del ser. Es  el lugar donde albergamos nuestros  sentimientos y emociones:: odio, amor, venganza, rencor, alegría, tristeza, dolor, llanto, paz, gozo etc..

Jesús apunta a que nuestra alma, es decir, ese lugar donde tenemos  consignados nuestros  sentimientos; esté direccionada hacia él. Si en tu alma hay amor por Jesús, tus sentimientos estarán impregnados por ese amor, llevarán esa impronta.

Como principio de vida del ser; el alma que ame a Dios, jamás podrá tener un espacio para otros  sentimientos que no sean los emanados del Dios dador de la vida. Amar a Dios con el alma es permitir que tu pneuma; es decir; tu parte espiritual, esté conectada permanentemente con el dador del hálito de vida, a eso se le llama: comunión de espíritu a Espíritu.


3. Toda tu mente. (tu entendimiento). Puedes demostrar amor hacia a Dios con tus decisiones y emociones, es decir con tu corazón y alma; sin embargo con tu mente estar distraído de él. 
Amar a Dios con la mente es tenerla perfectamente alineada, sintonizada y fijada en él. Es no permitir que tu mente se distraiga en otras personas o cuestiones de la vida.

Judas estaba con Jesús, comía con Jesús, pasaba el día con Jesús; estaba presente en cada milagro que hacia Jesús; sin embargo su mente estaba distraída pensando en como iba a manejar las finanzas  del  "reino" cuando Jesús quitara del poder a Pilato y gobernara el imperio;  naturalmente Judas fracasó.


Puedes pertenecer a tu iglesia local, o a una prestigiosa denominación evangélica, o asistir regularmente a las reuniones,o estar comprometido con tu dinero en la obra de Dios  etc... pero estar a la vez con tu mente distraído en otras cosas o personas que no sean Jesús. Seria como estar haciendo el amor con tu pareja; pensando y teniendo la mente en otra persona: desastre total. 
Pablo dijo: “Someto mi mente a la obediencia a Jesús”
Eres un buen creyente, un buen cristiano; pero tu mente esta  distraída.

4. Todas tus fuerzas. En las relaciones de pareja, el amor hacia el otro debe materializarse en detalles físicos, externos. 
Amar a Dios con tus fuerzas es aportar y trabajar por él, eso se materializa en su obra; su reino aquí en la tierra.
El amor a Dios que dices tener en tu corazón, en tu alma y en tu mente; debe verse reflejado y materializado en lo externo. Es poco creíble decir que amas a Dios con corazón, alma y mente si no trabajas y haces algo en su reino. Pablo dijo que sufría penalidades por amor a la obra, que trabajaba por amor al reino, en otras palabras; la mejor forma que Pablo encontró para demostrar su amor por Jesús fue trabajar por su obra, exteriorizó su amor. 
No fuiste salvado para consumirle oxigeno a la vida y ocupar un sitio en tu iglesia cada Domingo. Fuiste salvado para trabajar y extender el reino aquí en la tierra.
Tradicionalmente nos han enseñado que  es la iglesia quien nos debe aportar, dar, bendecir. Algunos aun dicen que asisten a la iglesia para "recibir palabra"; nada mas lejos del principio neo-testamentario. No se trata de “que hace la iglesia por ti, que te aporta o que te da.” se trata mas bien de que puedes hacer tu por la iglesia, la obra de Dios; es éste el principio apostólico y lo que verdaderamente tiene y da sentido a tu existencia.


Conferencia  en Punto de Encuentro Iglesia 23/11/2014
Por: Mauricio Álvarez

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Porque tengo problemas?

Si tengo a Dios de mi parte, entonces: ¿PORQUE TENGO PROBLEMAS?

En el transcurrir de nuestra vida; seguro nos hemos preguntado muchas veces el porque de los problemas y situaciones difíciles que tenemos que sortear día a día. La pregunta se acentúa aun mas; cuando en teoría, estamos y vivimos baja la ayuda y protección de Dios. 

El objetivo de esta reflexión es analizar e intentar buscar la respuesta a tan cotidiano pero a su vez complejo interrogante.

Según la biblia existen tres razones fundamentales por las que los problemas vienen a nuestra vida:

1. NUESTRAS PROPIAS DECISIONES. (Lucas 15:11-32)

Este pasaje de la biblia, relata la la historia del chico que un día voluntariamente decidió pedir a su padre la herencia a la cual tenia derecho; para irse de casa y vivir deliberadamente malgastando y haciendo mal uso de su dinero. Una vez hubo despilfarrado toda la herencia, tuvo que comer alimento de cerdos, fruto de su desvarío e insensatez. Un día viéndose en tan paupérrima situación; tomó él mismo voluntariamente la decisión de cambiar su vida, enmendar su error y volver con su padre para vivir cómoda, tranquila y reposadamente, como lo hacia antes.


Leyendo esta historia bíblica viene a mi mente la importancia que tiene en las personas la toma de decisiones. Las decisiones son fundamentales en nuestra vida, tanto si son acertadas como sino lo son. Ellas marcarán nuestra existencia, de tal forma que posiblemente las situaciones difíciles que  pasemos en este momento sean fruto de las decisiones pasadas, y en esa linea, lo que vivamos mañana, será resultado de lo que decidamos hoy.
Dios tiene propósito, tiene planes, tiene proyectos y cumple su voluntad, no obstante; eres tu, somos nosotros mismos; los responsables de nuestra propia existencia.
 “Dios es soberano pero las personas tenemos que asumir nuestra responsabilidad”
Muchos de nuestros problemas entonces, son fruto exclusivo de nuestras absurdas, aceleradas y descabelladas decisiones.


2. EL DIABLO. (Génesis 3:1-5) (Ezequiel 28:13-19)

En el comentario anterior hablé acerca de las malas decisiones como una posible causa de los problemas con los que luchamos día día; pero no todos ellos son fruto de ellas. Como creyentes, hijos de Dios; tenemos que asumir y entender que también existe alguien quien no quiere vernos prosperar, avanzar y lograr propósito en nuestra vida: el diablo.
Como cristianos que somos nos preguntamos: ¿porque el diablo quiere destruirme sin aparente razón alguna?
Desde el principio el diablo quiso ser como Dios, ser igual a Dios; de hecho fue con ese diabólico argumento que hizo caer en pecado a Adán y a Eva en el edén.

La biblia dice que fuimos hechos a imagen y semejanza de Jesús. El diablo siempre quiso, quiere y querrá equipararse a Dios, por tal razón; quiere destruir todo lo que lleve la impronta de Dios.
Quienes fuimos engendrados por Jesús llevamos su genética, fuimos hechos a imagen y semejanza de él. Quien tenga a Jesús en su vida, será blanco inevitable del enemigo.

El diablo quiere destruir tu vida porque para ello está: para matar, robar y destruir; sin embargo aquellos que conocemos de Jesús y tenemos en nuestra vida su Espíritu; contamos con suficientes herramientas (la oración y la palabra) para hacerle frente y deshacer sus obras.
Posiblemente a lo largo de tu vida has tomado buenas y acertadas decisiones, no obstante una hipotética causa de tu situación actual; sea obra especifica del diablo con el objetivo de destruir la imagen de Jesús en ti.


3. DIOS. (Deuteronomio 8:11-16)

Si en la situación que estas atravesando no encuentras ninguno de los dos elementos anteriores, entonces posiblemente sea Dios quien este actuando.
En este pasaje del libro de Deuteronomio, dice la biblia ;que Dios literalmente metió a los israelitas cuarenta años en el espantoso, caluroso, peligroso y fatigante desierto; con el propósito de que entendieran lo que él quería con ellos, que no era otra cosa sino su bienestar.

La escritura dice que la única forma que Dios usa para  pulir y dar forma a nuestro carácter es a través de los problemas, no existe otra. Dios se valdrá de lo que sea, y te hará pasar por la situación mas dura y difícil si así él lo requiere; con el único objetivo de hacerte bien.

Dios en su soberanía y amor,  permite aveces situaciones asfixiantes en nosotros para formarnos, para hacernos crecer, madurar y sacar lo mejor de cada uno.
No te impacientes, se fuerte, resiste y aguanta; que si el oro siendo perecedero es formado en altas temperaturas al intenso fuego, mucho mas probado serás tu, que eres eterno y estas hecho con propósito eterno; para sacar y hacer de ti la persona que un día Dios soñó.


 Mauricio Álvarez