lunes, 29 de febrero de 2016

¿Recibe tu milagro?

“Ven a nuestra iglesia y recibe tu milagro”. Te invitamos a una noche de milagros”. Esta tarde será una tarde de milagros”. Próxima campaña evangelista de milagros”. “Cree que recibirás tu milagro”. Confiesa y declara con tu boca tu milagro”. Milagros, milagros y mas milagros; frases y estrategias que hoy día muchos utilizan para atraer a otros a la fe.

Me pregunto: y si no sucede el tan anhelado milagro ¿Qué pasaría con mi vida? ¿Qué argumentos usaría la persona o iglesia que me invitó, para justificar el milagro no recibido?. ¿Qué grado de credibilidad tendría la iglesia, pastor o persona que me invitó?, incluso ¿en que lugar o posición dejarían a Dios frente a mi?. Estoy casi seguro que el argumento que usarían estas personas o iglesias es el mismo que para estos casos utilizan: "Dios es soberano, el sabe porque no se produjo el milagro y en su tiempo te lo explicará, te faltó fe, tienes pecados ocultos y un largo etcétera, etcétera y etcétera..." 

Ante todo lo anterior ¿no seria mejor decirle a las personas que en lo que verdaderamente Jesús está interesado, es en que deberían cambiar su manera de pensar, para que pueda cambiar su forma de vivir? ( Romanos 12:2)

Creo en el poder de Dios y en su capacidad de hacer de lo que no es, de sacar de donde no hay; no obstante desde mi modesta y personal perspectiva teológica, creo que el orden bíblico es ARREPENTIRSE primero, para CREER después; no al revés. ( Marcos 1:15)

Mauricio Álvarez

domingo, 21 de febrero de 2016

¿ y que hay de mi ?

Pero tu, ¿Por qué juzgas a tu hermano? O tu también ¿Por qué menosprecias a tu hermano?

Romanos 14:1-12



Pablo habla en este pasaje acerca de las diferencias de opinión y conducta y cómo debemos de reaccionar ante ellas. Los seres humanos, incluidos los seguidores de Jesús, tenemos una tendencia, en ocasiones enfermiza, hacia la uniformidad, a que todos pensemos y opinemos de la misma forma, de la forma correcta que, naturalmente es la nuestra. Contrariamente, todo en la creación de Dios nos muestra y enseña diversidad. El mismo Pablo hablando a los seguidores de Jesús que se reunían en Corinto habla de que es el Espíritu Santo el autor de la diversidad y la pluralidad.

 Pablo habla en este pasaje de que hay dos errores que a menudo cometemos: juzgar al otro y despreciarlo. Ambas conductas demuestran una actitud de superioridad hacia el otro. Pensamos que somos mejores o que tenemos la verdad absoluta de todo, en contraste con el otro que está equivocado y es un pecador, carnal, mundano, poco espiritual y un largo etcétera. Naturalmente justificamos nuestro juicio o desprecio con argumentos espirituales, bíblicos o teológicos. Son precisamente éstos
(mal interpretados teológicamente por nosotros) los que nos proveen la base para condenar y/o despreciar a los demás. Quienes creemos en Jesús nos hemos dedicado (no todos obviamente) a “criticar y mandar al infierno” a otros que no piensan y hacen como nosotros. Personalmente se me ponen los pelos de punta cuando escucho y leo frases como “predica la verdad aunque el otro se ofenda”, “se un cristiano radical” y como esas muchas mas, que siendo muy sincero creo que debo dar la razón a quien no quiera conocer a ese Jesús que de esa forma tan hostil y beligerante se le predica.

La misión evangelizadora de ser sal y luz, casi siempre la convertimos en un absoluto desprecio y rechazo al otro, lo confundimos todo. No hemos sabido, o no nos han explicado
(que es lo peor); donde termina la misión y donde empieza el respeto, he ahí una de las posibles razones de que hoy día muchos no quieran saber nada de Jesús y la iglesia.

No obstante el apóstol indica con total y absoluta rotundidad que no se nos ha concedido semejante derecho que, como el mismo indica; corresponde únicamente al Señor que será quien nos juzgará a cada uno de nosotros. Nos ayudaría en las relaciones personales y de iglesia aplicar este principio de respeto hacia la diversidad y diferencia de criterio. En vez de criticar y faltar al otro, deberíamos ofrecer de Dios su amor, gracia y misericordia, y junto a ellas una alta dosis de tolerancia, respeto y aceptación.


Mauricio Álvarez

domingo, 14 de febrero de 2016

Convicciones





CONVICCIÓN


DEFINICIÓN: Seguridad y certeza ideológica, moral o espiritual que tiene una persona acerca de algo o alguien.

PASAJE BÍBLICO: Romanos 8:38-39

1. Convicción de sacrificio: “Por lo cual estoy seguro...” la frase “por lo cual” deja ver que el escritor viene, ya de antes; hablando y manejando un tema o asunto puntual que a la hora de interpretar hermenéuticamente el texto no podemos evadir. El asunto que viene exponiendo Pablo a los romanos en versículos anteriores es concretamente el incomparable amor con que Jesús nos amó entregándose en una cruz por nosotros. Pablo estaba absolutamente convencido del valor del sacrificio de Jesús y del poder del Cristo resucitado; que por cierto habitaba en él y fue ese convencimiento el que le llevó a pronunciar las palabras de los versículos 38 y 39.

Detenerse en el sacrificio de Jesús, pero sobre todo en su poderosa resurrección, imparte convencimiento pleno de que quien está a la diestra de Dios Padre puede proveer para mi todas las cosas (vs 31), teniendo entonces la suficiente convicción para soportar cualquier problema o situación por mas grande o difícil que sea.


2. Mis convicciones determinan mis decisiones. Mis decisiones definen mi futuro: Pablo estaba convencido que absolutamente nada podría alejarle del amor de Dios en Cristo Jesús, con lo cual eso ya era una decisión en si misma: PERMANECER PESE A...


Pablo basado en su convencimiento decide permanecer firme en Cristo. El sabia que así pasara por el mas duro y difícil de los problemas, todo ello cooperaría para su bienestar (vs 28) es decir; su futuro en Cristo estaba asegurado.

Las emociones fluctúan, deambulan, son inestables, traicioneras; con lo cual nuestras decisiones no deberían depender de nuestras emociones sino de nuestras convicciones, de lo contrario nuestro futuro sera incierto, inseguro, fluctuante y sin propósito alguno.

Resumiendo... necesitamos como creyentes estar plenamente convencidos del Dios en quien hemos creído y del Dios en quien queremos seguir creyendo; tal convencimiento proviene única y exclusivamente del entendimiento que tengamos formado a cerca de él.

Una vida formada y construida en emociones sensacionalistas experimentadas en una reunión de domingo o "culto dominical como algunos le llaman", a lo único que conduce es a tener una vida cristiana frágil, fluctuante, ignorante y superficial. Por el contrario, un creyente que forma su carácter cristiano por CONVICCIÓN basado en el entendimiento serio y profundo de la verdad presente del Cristo resucitado; es una persona que avanza con propósito, sabiendo y teniendo claro, como lo tenia el apóstol Pablo; que no habrá problema o situación difícil que le haga perder el norte ni mucho menos menguar su fe.


Mauricio Álvarez.

domingo, 7 de febrero de 2016

La Trampa


DEFINICIÓN: Forma inmoral de alcanzar objetivos, en la mayoría de los casos; personales.
Saltarse las reglas encubierta y deliberadamente para lograr un beneficio a sabiendas de que se esta infringiendo la ley.

¿PORQUE HACEMOS TRAMPA?

Pasaje bíblico: Génesis 3:1-7

Introducción: Hacer trampa nos viene podríamos decir que en los genes, no obstante; hay personas y sociedades mas proclives a ello. En la charla de hoy veremos como se escenificó esto en Adán y Eva.

1. No morirán (vs 4) miedo al fracaso: Adán y su mujer fueron tentados a hacerle trampa a Dios justamente con este argumento: no morir, lo cual podríamos interpretar; que para ellos suponía un estrepitoso e indeseable fracaso, del cual tenían que huir a cualquier precio y de cualquier forma, daba igual si se hacia trampa o no, en su caso era escapar como fuese de aquel macabro y terrorífico escenario: La muerte.

Nacemos, crecemos y vivimos con la alta exigencia de tener éxito, por lo cual parece que fracasar no está permitido ni bien visto para nadie en esta sociedad.

Muchas iglesias cristianas, pastores y líderes religiosos, adoctrinan a sus fieles con el plausible e ilusionarte discurso del éxito y bienestar; pero pocos preparan y equipan adecuadamente a los suyos para el día que llegue el fracaso, omitiendo así una etapa de la vida la cual de una forma u otra, tarde o temprano todos tendremos que trascurrir, convirtiendo entonces el evangelio mismo en una trampa en si; he ahí una de las causas de la decepción enorme de algunas personas por la iglesia y Dios.

La exigencia desorbitada de éxito, sumado al miedo paralizante al fracaso; nos puede llevar a hacer trampas pequeñas, medianas y grandes, envolviéndonos en un peligroso remolino del cual difícilmente podemos salir bien parados, desconociendo que un fracaso bien asumido es el mejor motor que nos puede impulsar otra vez hacia arriba; al fin y al cabo lo que cuenta no es lo que pierdes, sino lo que haces con lo que te queda.

No tengas miedo al fracaso; hoy debes entender que también hace parte de ti. Perderle el miedo te libera; aportándote el carácter y la fuerza necesarios para no ceder un centímetro a la peor e inmoral de las actitudes del ser humano: LA TRAMPA.

2. Serán como Dios (vs 5) Adán y Eva escucharon tal proposición como la oferta de su vidas, el “tren” que no podían dejar pasar: Ser como Dios. Ello suponía saberlo todo, conocerlo todo, tenerlo todo; en resumen, estar en una posición de privilegio respecto a los demás. Creo desde mi perspectiva teológica; que es ahí, en este pasaje crucial del génesis; donde justamente comienzan los problemas personales y sociales que tenemos y sufrimos en el mundo de hoy.

De pequeños nuestros padres nos decían: “ hijo: estudia para llegues a ser alguien en la vida”, desde luego no era un mal consejo, ni una mal intencionada reflexión matriarcal, no obstante si es de reconocer que en algunas ocasiones la obsesión desmedida y mal entendida por “llegar a ser alguien en la vida” nos puede conducir a hacer trampas y a meternos en rocambolescos problemas.

Hoy día desafortunadamente vemos en el deporte, la política, la iglesia y otros ámbitos de nuestra sociedad actual; el deseo desmesurado y enloquecido de algunos por “llegar a ser alguien”, por llegar a ocupar un lugar de privilegio, honra y poder en un contexto determinado, lo cual les ha llevado a “jugar sucio”, haciendo trampas; con la consecuencia natural de ser un día descubiertos y por ende derrotados y reducidos a la mínima expresión personal, familiar y social.

No tengas prisa, no adelantes los procesos, no tomes atajos en tu camino. Te recuerdo que todo tiene su tiempo y su hora en este loco, convulso y tramposo mundo en el que vivimos.

Debemos proyectar, planear, estudiar, trabajar y mirar con perspectiva ilusionante al futuro; pero siempre con los pies bien puestos sobre la tierra, sabiendo y siendo conscientes de lo que somos capaces y de lo que no; de lo que tenemos y de lo que hoy no poseemos. Llegar a ser nos obliga casi siempre a “tener para poder ser” y es ahí cuando entonces viene el peligro de recurrir a la rastrera y miserable trampa, y con ella sus terribles e ineludibles consecuencias que tarde o temprano tendremos que afrontar.


Mauricio Álvarez