Saltarse las reglas encubierta y deliberadamente para lograr un beneficio a sabiendas de que se esta infringiendo la ley.
¿PORQUE HACEMOS TRAMPA?
¿PORQUE HACEMOS TRAMPA?
Pasaje bíblico: Génesis 3:1-7
Introducción: Hacer trampa nos viene podríamos decir que en los genes, no obstante; hay personas y sociedades mas proclives a ello. En la charla de hoy veremos como se escenificó esto en Adán y Eva.
1. No morirán (vs 4) miedo al fracaso: Adán y su mujer fueron tentados a hacerle trampa a Dios justamente con este argumento: no morir, lo cual podríamos interpretar; que para ellos suponía un estrepitoso e indeseable fracaso, del cual tenían que huir a cualquier precio y de cualquier forma, daba igual si se hacia trampa o no, en su caso era escapar como fuese de aquel macabro y terrorífico escenario: La muerte.
Nacemos, crecemos y vivimos con la alta exigencia de tener éxito, por lo cual parece que fracasar no está permitido ni bien visto para nadie en esta sociedad.
Muchas iglesias cristianas, pastores y líderes religiosos, adoctrinan a sus fieles con el plausible e ilusionarte discurso del éxito y bienestar; pero pocos preparan y equipan adecuadamente a los suyos para el día que llegue el fracaso, omitiendo así una etapa de la vida la cual de una forma u otra, tarde o temprano todos tendremos que trascurrir, convirtiendo entonces el evangelio mismo en una trampa en si; he ahí una de las causas de la decepción enorme de algunas personas por la iglesia y Dios.
La exigencia desorbitada de éxito, sumado al miedo paralizante al fracaso; nos puede llevar a hacer trampas pequeñas, medianas y grandes, envolviéndonos en un peligroso remolino del cual difícilmente podemos salir bien parados, desconociendo que un fracaso bien asumido es el mejor motor que nos puede impulsar otra vez hacia arriba; al fin y al cabo lo que cuenta no es lo que pierdes, sino lo que haces con lo que te queda.
No tengas miedo al fracaso; hoy debes entender que también hace parte de ti. Perderle el miedo te libera; aportándote el carácter y la fuerza necesarios para no ceder un centímetro a la peor e inmoral de las actitudes del ser humano: LA TRAMPA.
2. Serán como Dios (vs 5) Adán y Eva escucharon tal proposición como la oferta de su vidas, el “tren” que no podían dejar pasar: Ser como Dios. Ello suponía saberlo todo, conocerlo todo, tenerlo todo; en resumen, estar en una posición de privilegio respecto a los demás. Creo desde mi perspectiva teológica; que es ahí, en este pasaje crucial del génesis; donde justamente comienzan los problemas personales y sociales que tenemos y sufrimos en el mundo de hoy.
De pequeños nuestros padres nos decían: “ hijo: estudia para llegues a ser alguien en la vida”, desde luego no era un mal consejo, ni una mal intencionada reflexión matriarcal, no obstante si es de reconocer que en algunas ocasiones la obsesión desmedida y mal entendida por “llegar a ser alguien en la vida” nos puede conducir a hacer trampas y a meternos en rocambolescos problemas.
Introducción: Hacer trampa nos viene podríamos decir que en los genes, no obstante; hay personas y sociedades mas proclives a ello. En la charla de hoy veremos como se escenificó esto en Adán y Eva.
1. No morirán (vs 4) miedo al fracaso: Adán y su mujer fueron tentados a hacerle trampa a Dios justamente con este argumento: no morir, lo cual podríamos interpretar; que para ellos suponía un estrepitoso e indeseable fracaso, del cual tenían que huir a cualquier precio y de cualquier forma, daba igual si se hacia trampa o no, en su caso era escapar como fuese de aquel macabro y terrorífico escenario: La muerte.
Nacemos, crecemos y vivimos con la alta exigencia de tener éxito, por lo cual parece que fracasar no está permitido ni bien visto para nadie en esta sociedad.
Muchas iglesias cristianas, pastores y líderes religiosos, adoctrinan a sus fieles con el plausible e ilusionarte discurso del éxito y bienestar; pero pocos preparan y equipan adecuadamente a los suyos para el día que llegue el fracaso, omitiendo así una etapa de la vida la cual de una forma u otra, tarde o temprano todos tendremos que trascurrir, convirtiendo entonces el evangelio mismo en una trampa en si; he ahí una de las causas de la decepción enorme de algunas personas por la iglesia y Dios.
La exigencia desorbitada de éxito, sumado al miedo paralizante al fracaso; nos puede llevar a hacer trampas pequeñas, medianas y grandes, envolviéndonos en un peligroso remolino del cual difícilmente podemos salir bien parados, desconociendo que un fracaso bien asumido es el mejor motor que nos puede impulsar otra vez hacia arriba; al fin y al cabo lo que cuenta no es lo que pierdes, sino lo que haces con lo que te queda.
No tengas miedo al fracaso; hoy debes entender que también hace parte de ti. Perderle el miedo te libera; aportándote el carácter y la fuerza necesarios para no ceder un centímetro a la peor e inmoral de las actitudes del ser humano: LA TRAMPA.
2. Serán como Dios (vs 5) Adán y Eva escucharon tal proposición como la oferta de su vidas, el “tren” que no podían dejar pasar: Ser como Dios. Ello suponía saberlo todo, conocerlo todo, tenerlo todo; en resumen, estar en una posición de privilegio respecto a los demás. Creo desde mi perspectiva teológica; que es ahí, en este pasaje crucial del génesis; donde justamente comienzan los problemas personales y sociales que tenemos y sufrimos en el mundo de hoy.
De pequeños nuestros padres nos decían: “ hijo: estudia para llegues a ser alguien en la vida”, desde luego no era un mal consejo, ni una mal intencionada reflexión matriarcal, no obstante si es de reconocer que en algunas ocasiones la obsesión desmedida y mal entendida por “llegar a ser alguien en la vida” nos puede conducir a hacer trampas y a meternos en rocambolescos problemas.
Hoy día desafortunadamente vemos en el deporte, la política, la iglesia y otros ámbitos de nuestra sociedad actual; el deseo desmesurado y enloquecido de algunos por “llegar a ser alguien”, por llegar a ocupar un lugar de privilegio, honra y poder en un contexto determinado, lo cual les ha llevado a “jugar sucio”, haciendo trampas; con la consecuencia natural de ser un día descubiertos y por ende derrotados y reducidos a la mínima expresión personal, familiar y social.
No tengas prisa, no adelantes los procesos, no tomes atajos en tu camino. Te recuerdo que todo tiene su tiempo y su hora en este loco, convulso y tramposo mundo en el que vivimos.
No tengas prisa, no adelantes los procesos, no tomes atajos en tu camino. Te recuerdo que todo tiene su tiempo y su hora en este loco, convulso y tramposo mundo en el que vivimos.
Debemos proyectar, planear, estudiar, trabajar y mirar con perspectiva ilusionante al futuro; pero siempre con los pies bien puestos sobre la tierra, sabiendo y siendo conscientes de lo que somos capaces y de lo que no; de lo que tenemos y de lo que hoy no poseemos. Llegar a ser nos obliga casi siempre a “tener para poder ser” y es ahí cuando entonces viene el peligro de recurrir a la rastrera y miserable trampa, y con ella sus terribles e ineludibles consecuencias que tarde o temprano tendremos que afrontar.
Mauricio Álvarez
Mauricio Álvarez

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