lunes, 2 de febrero de 2015

Sal y Luz



La iglesia no es para sí, sino para el mundo. 
(Dietrich Bonhoeffer, teólogo alemán)


Conocer quien es Jesús y que es verdaderamente la iglesia, son preguntas que nos debe ocupar tiempo y espacio en resolver. Creo firmemente que la “ekklēsía” es decir la iglesia, que significa “llamados a estar fuera”, debe cumplir con su deber y llamado, debe salir de las “cuatro paredes” que hasta ahora esta enclaustrada.


Hoy día existe una iglesia, muy bien; organizada hacia dentro. Tenemos áreas de trabajo, departamentos, líderes etc.. me pregunto: ¿estamos liderando allí fuera? ¿estamos liderando las universidades? ¿estamos impactando en las instituciones? ¿estamos impactando en las empresas? ¿estamos impactando en nuestro barrio? ¿estamos impactando en nuestra familia?


Nos ocupamos en tener bonitos templos, excelentes equipos de música, luces, humo, plataformas enormes, entre otros; mientras allí fuera el mundo avanza a pasos agigantados sin nosotros tener el mínimo conocimiento y percepción de ello.


Me preocupa el nivel cultural y educativo de la mayoría de miembros de nuestras iglesias cristianas. Deseamos “sentir cada domingo experiencias espirituales” cual extraterrestres alejados de un mundo real, sin darnos cuenta que éste; necesita personas que vayan a la par con el, aprovechando cada recurso y oportunidad, para en definitiva cumplir con la misión encomendada por Jesús: ser LUZ y SAL.


Repasando un poco la biblia, me encuentro con personas como José, Daniel, David, Nehemias, Ester, Pablo etc.. que impactaron su entorno. Hombres y mujeres llenos de Dios y de su Espíritu, pero a la vez; hombres y mujeres que trabajaron y estuvieron involucrados en las instituciones políticas, económicas y sociales de su tiempo; dejando en lo mas alto el nombre del Dios al cual decían que creían y servían. Hombres y mujeres que entendieron que ser cristiano no era ocupar una silla cada Domingo o presumir de un “ministerio” encerrado en cuatro paredes. Hombres y mujeres que entendieron que a Dios se vive allí fuera, y no dentro de los locales a los que incorrectamente hoy día llamamos iglesia.


Personalmente me niego a ser parte de una iglesia cuya prioridad no sea impactar el mundo con el mensaje y obra de Jesús; en cambio sueño con una iglesia que se desviva por las viudas, huérfanos, desahuciados, presos, pobres y necesitados.
Sueño con una iglesia que sepa entender, captar y llevar a cabo el mensaje social y eterno del Reino de Dios.

Sueño con una iglesia que se mueva según la revelación de la palabra y no según la tradición de algunos.


Sueño con una iglesia fundamentada en la doctrina apostólica y no en arcaicos reglamentos denominacionales.


Sueño con una iglesia donde los pastores no se peleen como “buitres” por las personas que asisten o dejan de hacerlo a sus congregaciones.


Sueño con una iglesia donde no se tenga que hacer una reunión de dos horas para escoger entre dar para comprarle la corbata de moda al pastor o dar de comer a un hermano necesitado.


Sueño con una iglesia donde alguno de sus miembros pueda dar sin titubeos el nombre del alcalde de su ciudad, o sencillamente la noticia del día en su provincia.


Sueño con una iglesia donde el líder de los jóvenes, sea también quien esté impulsando y liderando algún proyecto social o tecnológico en su universidad.


Sueño con una iglesia donde el líder de los hombres, sea el compañero de referencia, al cual todos buscan en su empresa para pedir un consejo.


Sueño con una iglesia donde la maestra de escuela dominical se esté preparando pedagogicamente y este organizando proyectos sociales con la niñez de su barrio.


Sueño con una iglesia donde sus músicos estén dictando clases gratuitas a chicos de barrios en riesgo de exclusión social.


Es esa la iglesia que sueño. ¿sera un simple sueño? ¿una utopía?

Jesús dijo: "Vosotros sois la SAL de la tierra y la LUZ del mundo"


Mauricio Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario