domingo, 6 de noviembre de 2016

Cuerpo de adulto y mente de niño



PASAJE BÍBLICO: Marcos 10:13-16

IINTRODUCCIÓN: Jesús pone como requisito indispensable para entrar en el Reino recibirlo como lo haría un niño. Hoy observaremos algunos detalles de lo que implica ello, veamos:

1. La mente de un niño esta en blanco, con lo cual se puede plasmar en ella lo que se plazca. La mente de un niño esta despejada, no esta condicionada por la cultura o entorno. Un niño no tiene paradigmas mentales, lo cual favorece la adaptación a los cambios.

Jesús dijo que se debía RECIBIR EL REINO COMO UN NIÑO para poder entrar en el. Entendemos pues que para entrar en el Reino se necesita recibirlo con una mente abierta, despejada y libre de paradigmas sociales, familiares, culturales y religiosos; para poder incorporar en ella verdades eternas de Reino que produzcan cambios estructurales en nuestra forma de pensar, para poder transformar entonces nuestra manera de vivir.

2. Un niño esta en un constante proceso de crecimiento y desarrollo. Un niño posee una extraordinaria capacidad neuronal para el aprendizaje, al mismo tiempo que experimenta por naturaleza un continuo proceso de crecimiento y desarrollo. Crecimiento en cuanto lo físico y desarrollo en cuanto su potencial intelectual.

Quien entiende las verdades del Reino en su mente previamente despejada y libre de paradigmas; debe por naturaleza aprender, crecer y desarrollarse con la naturalidad que el mismo Reino provee, demanda y necesita. Pablo dijo: “somos el cuerpo de Cristo, un organismo vivo”. “Creced en el conocimiento de Dios”.

3. El niño es un ser dependiente – independiente. Un niño es dependiente en el sentido que necesita un tutor que le eduque, le enseñe, le forme, le cuide, le alimente, etc. Y es independiente a partir del momento que empieza a asimilar códigos para él mismo poder auto-gestionarse. 

Cuando entiendes el reino, creces y te desarrollas para señorear en el reino. Para Señorear debes primero ser señoreado. En un reino se administra y se gobierna (ej: el Reino de España), pero para administrar y gobernar se debe previamente haber sido formado, probado y aprobado. En el Reino de Dios él nos forma, nos prueba y nos aprueba; con el objetivo de que lleguemos a ser plenamente competentes para auto-gestionar (señorear) los recursos de su Reino.

Mauricio Álvarez

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