martes, 17 de junio de 2014

DONDE YO ESTOY

Jesús antes de morir, entre muchas otras cosas; eleva una extraordinaria oración a su Padre clamando por sus discípulos. Tal experiencia la podemos leer en el capitulo 17 del evangelio de Juan.
En el versículo 24, el escritor puntualiza entre otros; un detalle en la oración de Jesús que me ha llamado poderosamente la atención:”Qiero que donde yo estoy, ellos también estén”


“DONDE YO ESTOY”
Note que no dice: “ donde yo voy a estar” no; dice “ donde YO ESTOY es decir; da la idea que Jesús esta hablando de un lugar determinado en un tiempo presente continuo.


Jesús “estaba” en el mundo; pero no pertenecía al mundo. Jesús vivió en un cuerpo mortal y temporal pero estaba en una continua y extraordinaria dimensión espiritual.


El deseo profundo de Jesús era que sus discípulos, igual que él; hicieran una vida absolutamente normal en este mundo temporal, pero realmente viviendo en una dimensión eterna, como lo hizo él.


Jesús habló de lo eterno; de la vida eterna, del Reino de Dios, de lo que trascendía, es decir; para Jesús lo eterno cobraba tal valor frente a lo temporal; que era indispensable recordarlo una y otra vez, inclusive en oración a su Padre.
Quienes hemos sido escogidos por el Dios eterno, estamos obligados a entender, asumir y vivir lo eterno; aunque vivamos en medio de lo temporal. Para esto nos eligió.


Cuando entiendes al eterno, te ocupas de lo eterno y  decides vivir en la dimensión eterna; asumes los problemas, necesidades, aflicciones, tristezas y demás situaciones que se presentan en tu vida como algo temporal, pasará. Lo temporal de este mundo jamas podrá manejar lo eterno, mientras que lo eterno si puede controlar lo temporal.


Invierte tus recursos, tiempo, fuerza, dinero, y tu vida en general; en lo eterno. Quien siembra en lo eterno, recoge del eterno y de lo eterno. Quien se ocupa de sembrar en lo temporal, recogerá de lo temporal, por tanto sera una cosecha efímera, pasajera, momentánea y estacional.


Jesús oró diciendo: “DONDE YO ESTOY” es decir, en la dimensión eterna. Es ahí donde Jesús nos quiere ver mover a quienes hemos sido llamados por él.


Es en la dimensión eterna donde ocurren los milagros. Es en la dimensión eterna donde se deja de ser una persona ordinaria para convertirse en un hombre y una mujer extraordinarios. Es en la dimensión eterna donde Jesús muestra su proyecto de vida para ti. Es viviendo de acuerdo a los códigos eternos como se alcanzan metas y propósitos en la vida.

Lo temporal se esfuma, se acaba, envejece, se estropea, se oxida, se hurta, se daña, se termina, se aleja y se muere; pero lo eterno camina hacia adelante, avanza, logra, fructifica, alcanza, permanece y trasciende para vivir por siempre jamás en un presente continuo como lo hizo Jesús.


Recuerda lo que Jesús pidió para sus discípulos y para quienes por ellos en un futuro ibamos a creer:  “Donde yo estoy, quiero que ellos también estén”

Y tu... ¿donde estas?

Mauricio Álvarez

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